NASIF ESTÉFANO
La leyenda nació hace 38 años en Aimogasta
Un día como hoy, de 1973, se apagó la vida del mayor ídolo del automovilismo tucumano
Nacido en Concepción el 18 de noviembre de 1932, fallecido en Aimogasta el domingo 21 de octubre de 1973.
Nasif Estéfano vivió sólo 40 años y algunos meses más. Pero en la memoria colectiva de los fanáticos del automovilismo, su figura perdura, ya de la mano del talento que supo poner de manifiesto en cada camino o circuito donde se organizara una carrera; ya por su don de gentes; ya por la notable simbiosis con cualquier vehículo que estuviera a su comando.
Enfrentó mil y una batallas, ante calificados rivales y a bordo de coches de diversas categorías. Ganó cuatro campeonatos, el último de ellos post mortem: el de Turismo Carretera.
Aquel Día de la Madre de hace 38 años, "El Califa Chico" se disponía a largar la última etapa del Gran Premio Reconstrucción Nacional La Rioja-Concepción. Las crónicas de la época remiten que habló por radio y saludó -tal su caballerosidad- a todas las madres argentinas. "La vieja me estará esperando en Concepción más contenta que nunca", cuentan que dijo. Y luego se metió dentro del Falcon azul N° 1con el que lideraba con total comodidad la carrera; le llevaba a Héctor Gradassi una diferencia de casi 10 minutos. A las 9 partió.
Cuentan que, la noche anterior a la tragedia, charlando con su hermano Luis, le comentó que iba a salir a correr muy tranquilo. "Cuando entre en la tierra voy a regular para que no vayamos tan distanciados un auto del otro y demos un lindo espectáculo. Esperame con un aro de información en Las Banderitas, así veo si apuro o no la marcha hasta Concepción" le dijo.
El principio del fin
La geografía de la llanura riojana se ve recortada por largas rectas. A poco más de media hora de largada la carrera, el Falcon se aproxima a la curva de ingreso a Aimogasta, en el empalme de las rutas provincial 9 y nacional 6. La gran cantidad de público instalada en el lugar lo ve venir, pero no frenar. Sólo percibe una brusca maniobra del piloto para evitar colisionar a los presentes. El coche sigue derecho y comienza a dar tumbos. La puerta izquierda se abre y la hebilla de sujeción del cinturón de seguridad de Estéfano se desprende. El cuerpo del corredor sale despedido, quedando sin vida a unos 5 metros donde la máquina termina su loco despiste, con la caja de cambios puesta en la 4ª marcha. Su copiloto, José Pascioni, resulta ileso al quedar retenido en su butaca.
¿Qué pasó, realmente? Mucho se dijo y se escribió al respecto. La versión más firme habla de la inexplicable caída de la pedalera del freno y del embrague, sostenidas por un mismo perno.
Hubo quienes sostuvieron que el concepcionense no conocía la curva, que hizo una mala lectura de la ruta, que iba sin casco y sin cinturones, que corría intranquilo y bajo presión. El periodista Alfredo Cannone, de la entonces revista Goles, escribió; "Cuesta aceptar alguna de estas versiones…Y cuesta porque llegué a conocer bien a Nasif y sabía de su casi meticulosa seguridad, de su amor por la vida. Esta versión se echó a correr demasiado rápida como para que no deje de pensar que la cosa puede ser interesada. A veces hasta con la muerte se especula por la mezquindad de un prestigio. Prefiero seguir pensando que una falla mecánica le negó la posibilidad postrera de pelearlo al auto, de desandarlo de su derrotero de muerte".
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